“A menudo, al hablar de los hombres de la independencia se piensa en los libertadores, en los grandes dirigentes intelectuales, en los jefes realistas. Este es un cuadro muy incompleto.
Por P. Jesús Alfaro. 06 enero, 2021.Al celebrar las diversas efemérides que se van sucediendo a lo largo de un año cualquiera, es frecuente que se recurra al tópico para referirse a lo conmemorado. Hace falta pues, acudir a voces autorizadas que nos instruyen acerca de lo que realmente debemos tener en cuenta sobre la historia, el hombre y la sociedad que están en cuestión en cada momento. Esta visión histórica es esencial para una auténtica celebración ciudadana.
El 4 de este mes hemos recordado el grito de “emancipación” que produjo solemnemente la sociedad piurana de 1821. Nuestros abuelos, bisabuelos y sus contemporáneos. Querríamos saber con la mayor exactitud posible cómo eran y cómo se comportaron durante esta gesta.
Un sabio y probo historiador nos da las señas adecuadas a partir de las cuales podemos sacar consecuencias confiables. Se trata de José Agustín de la Puente que, en su opúsculo Teoría de la Emancipación del Perú, escribe:
“A menudo, al hablar de los hombres de la independencia se piensa en los libertadores, en los grandes dirigentes intelectuales, en los jefes realistas. Este es un cuadro muy incompleto.
El hombre de la época, que ha nacido en nuestro territorio, con diverso nivel intelectual, con diversa dedicación humana y con poderosos matices en su cultura, vivirá de un modo u otro el tema de la Emancipación. La Independencia no será extraña para él ni en el contorno que vive, ni en los temores e ilusiones, más no se oculta que alguna porción de la sociedad, de uno u otro medio, viviera aparte el tema.
Este hombre es el “personaje” en las tensiones sociales y económicas, en el uso indebido de la fuerza, en el alegato intelectual. Este hombre tiene conciencia -variable según su nivel intelectual- del tiempo en crisis que le toca vivir”.
Y más adelante, apunta De la Puente: “Sin embargo, este ‘hombre hispanoamericano’ vive al mismo tiempo la conciencia de pertenecer a un antiguo reino, particular y concreto, que más tarde se convierte en un Estado autónomo… Los legítimos empeños de integración de la hora presente deben rescatar de los días de la Independencia, y de la historia anterior, el mensaje de unidad que viene del pasado y que se actualiza en las exigencias contemporáneas”.
En las abundantes celebraciones de este año, será oportuno, pues, buscar las fuentes de un conocimiento confiable que nos evite sumarnos a la fanfarria y nos ayuden a conmemorar a los auténticos hombres y mujeres que resultaron protagonistas de los hechos reales; que nos ayuden, en definitiva, a buscar nuestras raíces.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.